Una de las preguntas más frecuentes que recibimos en consulta es: ¿cuánto tarda en crecer el pelo tras un injerto capilar? Esta duda es comprensible, ya que tras una intervención de trasplante capilar, el deseo de ver resultados puede generar cierta impaciencia.

Sin embargo, es importante entender que el crecimiento del cabello tras un injerto es progresivo y se da en diferentes fases, que se extienden aproximadamente a lo largo de 12 a 18 meses. Cada etapa tiene sus características, beneficios y también ciertas señales a las que conviene prestar atención.

¿Qué ocurre después del injerto capilar? El proceso, fase a fase

El crecimiento del pelo trasplantado no es inmediato. Aunque los folículos se injertan de forma definitiva, necesitan tiempo para adaptarse, reposar y comenzar a producir cabello nuevo. Durante ese tiempo, es normal que experimentes fases de caída, de reposo y, finalmente, de crecimiento visible.

Día 0 al día 10: curación inicial y formación de costras

Después de un injerto capilar, el cuero cabelludo necesita cicatrizar. Durante estos primeros días, se forman pequeñas costras en cada zona implantada, que irán cayendo solas hacia el día 7 o 10. Es habitual notar un leve enrojecimiento y cierta tirantez, sobre todo en la zona receptora. También puede haber inflamación o picor leve.

A nivel visual, el cabello injertado es visible desde el primer momento, aunque su aspecto aún no es el definitivo. En realidad, lo que vemos son los cabellos colocados manualmente por el cirujano, que no han entrado todavía en fase de crecimiento activo.

En esta etapa, es fundamental seguir al pie de la letra las indicaciones médicas: evitar tocarse la zona, no rascar, y realizar los lavados con cuidado pero sin temor.

¿Es normal…?

Sí: costras, picor leve, enrojecimiento.
No: infecciones, sangrados prolongados, fiebre.

Día 10 al día 30: fase de shock loss (caída del pelo injertado)

Esta es una fase que puede generar preocupación: el cabello trasplantado comienza a caerse. Este fenómeno se llama efluvio telógeno postquirúrgico o shock loss. Aunque parezca alarmante, es una parte normal del proceso.

Los folículos, al haber sido manipulados, entran en fase de reposo, lo que hace que el pelo (el tallo) se caiga. Pero la raíz permanece intacta.

¿Es normal…?

Sí: caída total del pelo injertado y en determinadas ocasiones caída de un bajo porcentaje de pelo nativo.
No: caída del pelo nativo fuera de la zona receptora (en exceso).

Mes 2 a 4: fase de reposo (fase telógena)

Durante este periodo, no hay cambios visibles. El cuero cabelludo ya ha cicatrizado por completo y la zona injertada puede parecer igual que antes de la intervención. Para algunos pacientes, esta etapa puede ser frustrante, ya que no se observan resultados a simple vista.

Sin embargo, internamente los folículos están adaptándose a su nueva ubicación. Este tiempo de reposo es imprescindible para que el nuevo ciclo de crecimiento capilar comience correctamente. En algunos casos, puede aparecer un vello muy fino o claro, apenas perceptible, que marca el inicio del siguiente ciclo.

¿Es normal…?

Sí: no ver cambios visibles aún.
No: inflamación persistente o zonas rojizas mal cicatrizadas.

Mes 4: primeros signos de crecimiento

A partir del cuarto mes comienza la etapa más esperada: el nacimiento del nuevo cabello. Los primeros pelos suelen ser finos, delgados y de crecimiento lento. En algunos pacientes pueden parecer similares a un vello facial o lanugo.

La distribución no es uniforme y es posible que algunas zonas crezcan antes que otras. Esto depende de factores como la densidad de implantación, la zona injertada (la coronilla suele ir más lenta que la línea frontal) y la respuesta individual del organismo.

Este primer crecimiento marca el inicio de la fase anágena, es decir, la fase de crecimiento activo del nuevo cabello.

¿Es normal…?

Sí: pelo muy fino y desigual.
No: ausencia total de crecimiento en todas las zonas.

Recomendación: Evita tratamientos agresivos y sigue cuidando el cuero cabelludo con productos suaves.

Mes 5 a 6: crecimiento activo

En estos meses el avance se hace más evidente. El cabello gana algo más de grosor y comienza a cubrir mejor las zonas injertadas. Muchos pacientes empiezan a sentirse más seguros al ver los primeros cambios notorios en su imagen.

Se estima que entre el 40 y el 50% del resultado final se alcanza durante este periodo. Aunque el cabello aún no tiene el grosor ni la densidad definitiva, el progreso es motivador.

También es habitual que el cabello crezca en a diferentes ritmos o con cierta textura extraña. Esto es normal y se irá corrigiendo con el tiempo conforme los folículos se estabilizan y maduran.

¿Es normal…?

Sí: crecimiento irregular o a distintas velocidades.
No: zonas completas sin actividad (puede requerir revisión médica).

Mes 7 a 9: consolidación del resultado

El cambio en esta etapa es significativo. El cabello injertado se vuelve más grueso, fuerte y pigmentado, asemejándose cada vez más al cabello nativo de la zona donante. La cobertura mejora notablemente, y los peinados se vuelven más manejables.

Alrededor del 70% del resultado final suele verse hacia el mes 9. Para la mayoría de los pacientes, esta etapa marca un punto de inflexión: ya pueden cortarse el pelo con libertad, peinarse a gusto e incluso aplicar productos cosméticos si así lo desean lo que mejora el aspecto global.

¿Es normal…?

Sí: seguir viendo pequeñas zonas menos densas.
No: falta total de crecimiento en áreas específicas.

Mes 10 a 12: maduración del injerto

A medida que se aproxima el año desde la cirugía, los cambios son ya evidentes. La mayoría de los pacientes presentan una densidad capilar muy cercana a la definitiva, con un cabello que se comporta con normalidad y sigue su ciclo natural de crecimiento.

El cabello tiene brillo, fuerza, grosor e incluso movimiento, lo que permite integrarlo por completo en la estética general del rostro. En muchos casos, ya no hay distinción visual entre la zona injertada y el resto del cuero cabelludo.

¿Es normal…?

Sí: algunos pelos siguen madurando.
No: pérdida de pelo injertado (consultar al especialista).

Mes 12 a 18: resultado final

Aunque el primer año suele ser suficiente para valorar el éxito de un injerto, la evolución completa puede extenderse hasta los 18 meses, especialmente en zonas de menor vascularización como la coronilla.

Durante este periodo final:

• El cabello continúa ganando grosor.
• Se iguala la textura en todo el cuero cabelludo.
• Se corrigen asimetrías en las distintas áreas del trasplante o velocidad de crecimiento.

Una vez superado este tiempo, el cabello injertado ya se comporta como cualquier otro. Se puede cortar, teñir, alisar o rizar sin problemas.

¿Es normal…?

Sí: diferencias sutiles en densidad según zona.
No: necesidad de retoques mayores (salvo casos excepcionales).

¿Y si no noto resultados a los 12 meses?

Si bien lo habitual es que el cambio sea evidente antes del año, algunos factores pueden hacer que el proceso sea más lento:

• Diferentes tiempos de fase de reposo en cada paciente.
• Zonas tratadas (la coronilla puede tardar más, zonas con fibrosis por trasplantes previos).
• Tipo de cabello (el cabello rizado puede dar sensación de más densidad antes).
• Cuidados postoperatorios.

En cualquier caso, una revisión médica al año del injerto es clave para evaluar el resultado final y valorar si es necesario un retoque o simplemente esperar un poco más.

Paciencia, seguimiento y expectativas reales

Comprender cuánto tarda en crecer el pelo tras un injerto capilar es clave para disfrutar del proceso sin ansiedad. Es un camino que requiere paciencia, pero que vale la pena. Cada fase tiene su función, y saltarse etapas no es posible. La clave está en seguir las indicaciones del equipo médico, acudir a las revisiones y confiar en el proceso.

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